El 2024 ha presentado nuevos retos para las cadenas de suministros en Guatemala y la región. En junio, La Portuaria Quetzal, uno de los puertos más importantes del país ubicado en el océano Pacífico, estuvo cerca de perder la operatividad de una de sus terminales de contenedores. Hasta el día de hoy, esta posibilidad persiste y no está claro cuándo se solucionará por completo.
El cambio climático también ha tenido un impacto en el comercio. En el primer semestre, el fenómeno de El Niño provocó una sequía que limitó la capacidad del Canal de Panamá de movilizar barcos. Sus operaciones han sido incapaces de recuperarse de los atrasos de 2023 y se prevé que lo lograrán hasta 2025.
Estos sucesos aumentan la presión en las empresas y sus márgenes. No obstante, con una adecuada planificación y estrategias de mitigación de riesgos, es posible mantener la rentabilidad y la operatividad de su negocio.
Retos y estrategias
Los principales problemas en las cadenas de suministros en Guatemala se encuentran en el transporte de mercancías y las condiciones de los puertos, especialmente retos como la falta de dragados, largos tiempos de espera de carga y descarga, procesos anticuados que podrían digitalizarse, por mencionar algunos.
En ese sentido, para abordar los potenciales riesgos es necesario revisar sus contratos de transporte (terrestre, marítimo y aéreo), pues estos juegan un rol fundamental, asegurando que las mercancías se trasladen de manera eficiente y segura desde su origen hasta su destino final.
En el ámbito internacional, el contrato de transporte adquiere aún mayor relevancia debido a los riesgos asociados con fletes, seguros y tiempos de entrega. A continuación, compartimos una serie de desafíos y oportunidades para mitigar estos problemas.
1. Tiempo de pago
En los contratos locales, es común que el pago se realice contra la entrega de la mercancía. Sin embargo, en los contratos internacionales este no siempre coincide con el de entrega, lo que puede generar incertidumbre.
Para mitigar este riesgo, se recomienda utilizar créditos documentarios (cartas de crédito) que aseguren que el comprador pagará al proveedor una vez cumplidos los términos del contrato y presentados los documentos requeridos.
Además, se pueden establecer pagos parciales o anticipos conforme se vayan cumpliendo las fases del contrato y utilizar seguros de crédito a la exportación para proteger al proveedor contra el riesgo de impago.
2. Calidad de las mercancías
Las mercancías pueden sufrir daños o extravíos. Para prevenir estos riesgos, es esencial contratar seguros que cubran daños y pérdidas, realizar inspecciones previas al envío y utilizar los términos de entrega (Incoterms) para definir claramente las responsabilidades.
Además, establecer un régimen de responsabilidad en el contrato puede ayudar a mitigar problemas relacionados con la calidad de las mercancías enviadas.
3. Ley aplicable y resolución de controversias:
Es fundamental definir la ley aplicable, jurisdicción y foro competente en caso de que surja una disputa entre las partes involucradas.
Una cláusula de ley aplicable determina qué legislación regirá el contrato, mientras que una cláusula de resolución de controversias especifica el tribunal competente o el método alterno de resolución de conflictos. Estas cláusulas son esenciales para tener un plan de acción y evitar litigios prolongados y costosos.
4. Barreras arancelarias
La tendencia actual en el comercio global es el proteccionismo. Esto significa que los gobiernos están optando por imponer restricciones y aranceles a productos extranjeros para fortalecer sus industrias nacionales o para combatir sus disputas con otros países.
Se pueden aprovechar los tratados de libre comercio y programas de preferencias arancelarias para reducir o eliminar tarifas. No obstante, es importante tomar en cuenta la posibilidad de que esto cambie a futuro.
Para que las modificaciones en los aranceles no generen conflictos o representen pérdidas, se pueden incluir cláusulas contractuales como una cláusula de revisión de precios. Esta permite que los precios de los contratos se ajusten a los cambios en los aranceles y el exportador no tendrá que absorber los costos.
5. Barreras no arancelarias
Los requisitos ambientales, fitosanitarios y de protección para empresarios locales son barreras que pueden complicar el proceso de importación y exportación.
Para abordar estos desafíos, es crucial investigar y cumplir con las normativas específicas del país importador y obtener las certificaciones necesarias. La inclusión de cláusulas de cumplimiento regulatorio en los contratos puede ayudar a garantizar que todas las partes involucradas se adhieran a las normativas pertinentes, reduciendo así el riesgo de sanciones y demoras.
6. Retrasos en la entrega
La congestión en los puertos, huelgas o procedimientos aduaneros prolongados pueden provocar retrasos en la entrega de mercancías, y por ende, incumplimientos contractuales significativos.
Para minimizar este riesgo, es crucial incluir cláusulas de contingencia en los contratos de transporte que contemplen estas eventualidades y establezcan protocolos para gestionarlas.
Monitorear constantemente las condiciones en los puertos y tener planes de contingencia para redirigir la mercadería a otros puertos ayuda a mantener la continuidad de la cadena de suministro.
7. Riesgos geopolíticos y ambientales:
Los eventos geopolíticos pueden generar disrupciones en las cadenas de suministros. El conflicto palestino-israelí es un caso ilustrativo, pues los rebeldes hutíes de Yemen han atacado barcos en el Mar Rojo como respuesta al enfrentamiento. Las compañías de transporte suspendieron indefinidamente sus servicios en la zona, generando complicaciones en las cadenas globales de suministros. Hasta el día de esta publicación, no han resumido operaciones, salvo algunos buques pequeños y regionales.
De igual manera, los factores naturales, como huracanes, inundaciones y terremotos, pueden afectar el transporte de productos. En Guatemala, en julio de este año, las lluvias ocasionaron el hundimiento en la autopista Palín-Escuintla, una ruta crítica para la economía nacional, la cual está paralizada. Esto se suma a la incertidumbre en Puerto Quetzal, ubicado en Escuintla.
Para abordar estas situaciones, las cláusulas de fuerza mayor en los contratos de transporte pueden proteger a las partes de responsabilidades en estos casos y establecer procedimientos para la gestión de crisis.
En adición a estas sugerencias, mantener una comunicación transparente y abierta entre las partes involucradas es fundamental para la gestión efectiva de riesgos. De lo contrario, se pueden incrementar los problemas y retrasos. Contar con canales de comunicación abiertos aumentará la confianza entre todas las partes y facilitará la resolución de las crisis que surjan.
Con una planificación adecuada y una gestión efectiva junto con sus aliados comerciales, es posible enfrentar estos desafíos y mantener la operatividad y rentabilidad de su empresa.
Si tiene alguna duda o requiere más información, estamos a la orden.